Cruzada

EL CONCEPTO DE CRUZADA

 

cruzadaEl concepto de Cruzada no es propio del siglo XI. Urbano II, y así lo dejan ver las fuentes del Concilio de Clermont, nunca utilizó tal concepto. Si revisamos las fuentes nos encontraremos con palabras tales como peregrinatio, passagium generale, voyage o reise, entre otros. Marín sostiene que el concepto de Cruzadas no fue inventado sino hasta el siglo XVIII, pero que Cruzado, el que lleva la marca de la cruz, crucesignatus, si existía (Marín, 2003).

Si tomamos la definición de Cruzada de Paul Lemerle, analizada por José Marín, entendemos que una Cruzada es una peregrinación militar, cuyo objetivo es la liberación de los Santos Lugares y de los cristianos de Oriente; situada bajo la autoridad de la Iglesia e iniciada con una bula pontificia, por la cual los participantes se reconocen en ciertos signos exteriores, beneficiándose de ventajas espirituales y, en el plano temporal, que son protegidos por un régimen de excepción que los sustrae a las obligaciones y a las jurisdicciones normales (Marín, 2001). Marín se refiere también al Cruzado, destacando que el acto central que constituirá a un fiel en cruzado es, huelga decirlo, ponerse la Cruz, la cual es el signo visible del voto realizado. Pero es, además: el signo de la Redención y llevarla es integrarse en el curso de una Historia Sagrada. Por lo mismo, es igualmente un signo de la protección sobrenatural en el combate así como la marca jurídica de la misión de los cruzados. Es, por último, una figura de la Vera Cruz y, por ello, exige al fiel una actitud tal que lo haga digno de ella (Marín, 2003).
Por su parte, Flori propone que la Cruzada era un operación militar eminentemente sacralizada, llevada a cabo por los cristianos en defensa de su señor Jesucristo, quien es capaz de recompensar a sus fieles caballeros mucho mejor que señores y príncipes de este mundo. Añade que los peregrinos que acudían a Jerusalén a la tumba del Salvador, recibían la promesa de la indulgencia de sus pecados confesados, y que aquella expedición bajo el signo de la cruz, estaba acompañada de los privilegios espirituales que la Iglesia le atribuía (Flori, 2003).
Para Alphandéry la Cruzada es el alma religiosa del Occidente del siglo XI, mucho más que una decisión pontifical. Pero en el movimiento que la suscita hay ya relaciones expresivas de una religión de Cruzada. Una de ella es la aceptación necesaria del sacrificio (Alphandéry, 1959).
Geoffrey Hindley, define la Cruzada como una expedición militar financiada y bendecida por el Papa o sus representantes contra los enemigos de la fe cristiana. Según su punto de vista, en un primer momento los enemigos declarados en las Cruzadas fueron regiones o gobernantes musulmanes, aunque no tardaron en ampliarse a pueblos paganos y herejes (Hindley, 2010), como ejemplo la Cruzada contra los Albigenses.
Riley-Smith propone que en la Cruzada los participantes son tratados como peregrinos, además toman votos como compromiso y disfrutan de las indulgencias. Para el autor la guerra predicada el 27 de noviembre de 1095 en el concilio de Clermont fue realmente la Primera Cruzada y a su vez una Guerra Santa. Riley-Smith destaca otro elemento fundamental en la Cruzada, y es el luchar en el nombre de Cristo como parte de la mentalidad de los Cruzados para realizar su peregrinaje (Riley-Smith, 1993). De acuerdo a esto, es que se puede entender que los Cruzados son peregrinos armados, milities y no simples pregrini según Dupront en sus postulados de la coexistencia de dos sociedades durante las Cruzadas (Marín, 2003, citando a Dupront, pág. 62). Michaud en el siglo XIX ya conocía la coexistencia de ambas sociedades, puesto que debido a la poca capacidad de los feudos de mantener a la población, muchos vieron el signo de la cruz como un estandarte seguro contra la miseria y la opresión. Además muchos señores que no habían tomado la Cruz y que veían partir a sus vasallos son poderlos contener, se determinaron a seguirles como jefes militares para conservar algún resto de su autoridad. La mayor parte de condes y barones no dudaron en abandonar Europa, empuñando la cruz y las armas (Michaud, 1855).

OBRAS CITADAS:

– Alphandéry, P. (1959). La cristiandad y el concepto de Cruzada. Las Primeras Cruzadas. México D.F.: Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana.
– Flori, J. (2003). La Guerra Santa. La formación de la idea de Cruzada en el Occidente cristiano. Madrid: Trotta.
– Hindley, G. (2010). Las Cruzadas. Peregrinaje armado y Guerra Santa. Barcelona: Zeta.
– Marín, J. (2001). Las Cruzadas como Guerra Santa: Un problema historiográfico de definiciones conceptuales (1095-1204). Intus Legere, 152.
– Marín, J. (2003). Cruzada, Guerra Santa y Yihad. La Edad Media y nosotros. Valparaíso: Ediciones Universitarias de Valparaíso PUCV.
– Michaud, J.-F. (1855). Historia de las Cruzadas. Barcelona: Luis Tasso.
– Riley-Smith, J. (1993). The First Crusade and the Idea of Crusading. Londres: Continuum.

Deja un comentario