Primera Cruzada

LA PRIMERA CRUZADA: 1095-1099

Cerca al año mil, el peregrinaje a Tierra Santa había aumentado, principalmente por las ideas escatológicas que sembraba dicho periodo, pero también junto al aumento de los peregrinos, crecieron los rumores de la crueldad con la que los musulmanes trataban a los peregrinos, cristianos de Oriente y monumentos de la religión Occidental. A comienzos del siglo XI, más específicamente el año 1033, Rodolfo el Lampiño, y al que en parte se le da mérito de crear la mentalidad contra el musulmán, escribía que:

“El año siguiente al año 1000, la iglesia de Jerusalén, donde se hallaba el sepulcro del Salvador [Jesucristo], fue destruida de arriba abajo por orden del príncipe de Babilonia (…) [Se le envió una carta en caracteres hebreos, supuestamente desde manos musulmanas] (…) decía que si no se decidía a destruir la venerable casa de los cristianos debería esperar que en poco tiempo éstos ocuparan su reino y le despojaran de todas sus dignidades. Ante esta lectura, el príncipe, arrebatado por el furor, envió enseguida a Jerusalén una expedición encargada de destruir el santuario (…) La clemencia divina hizo que la madre del propio príncipe (…) [reconstruyera] en hermosas piedras el santuario de Cristo destruido por su hijo” (Le Goff, 2010, págs. 124-125).

Durante el siglo XI podemos ver que los Occidentales comienzan la recuperación del territorio que alguna vez fue cristiano, además de los lugares Santos de la Cristiandad. Como antecedente podemos observar claramente como a mediados del siglo XI comienza la Reconquista Española, “movimiento de expansión de la cristiandad que, aunque se remonte varios siglos atrás, no por ello deja de adquirir un carácter nuevo debido a la intensificación y a la transformación de su sentido” (Le Goff, 2010, pág. 122). Esta nueva intensificación y transformación del sentido que propone Le Goff, viene principalmente de las propuestas de, en un principio, el Papa Gregorio VII y luego el Papa Urbano II, quienes exhortaron  a los cristianos de la Península Ibérica a recuperar su territorio y erradicar al infiel, a la amenaza del Islam.

Mientras se llevaba a cabo la lucha por la Reconquista Española, el Papa Urbano II realizaba el llamamiento a los francos para ir a liberar Tierra Santa. Esto ocurrió en el Concilio de Clermont en noviembre de 1095. El año 1096 un eremita, y a su vez hombre de fe, inició su propia Cruzada para saber cuál era la amenaza que se presentaba sobre la cristiandad Oriental, y más específicamente en Jerusalén. Pedro el ermitaño inició una Cruzada popular, en la que guiaba a campesinos y pobres, los que claramente no tenían una organización militar. A pesar de ser un hombre de fe, era un agitador religioso, y en su Cruzada hizo víctimas de sus saqueos y matanzas a los judíos, pero en Asia Menor muchos fueron muertos y otros deportados como esclavos por los turcos (Le Goff, 2010, pág. 127).

En tanto a la visión oriental de esta primera oleada de frany -modo en que los orientales llamaban a los francos y en general a los europeos-, ya desde el año 1096 “empezaron a llegar, una tras otra, informaciones sobre la aparición de tropas de frany procedentes del mar de Mármara en una multitud innumerable” (Maalouf, 2009, pág. 28). Maalouf sostiene que los caballeros procedentes de Occidente, así como mercenarios, o peregrinos rumbo a Palestina, eran constantemente vistos, por lo que no resultaban desconocidos. Kiliy Arslan, sultán turco, no conoce los fines reales que persiguen los frany, pero según su opinión su llegada a Oriente no presagia nada bueno (pág. 29). El campamento de Civitot, cercano a Nicea, lugar donde Pedro el ermitaño y sus huestes se establecieron, era una zona de amenaza latente para los orientales, puesto que las hordas de frany realizaban constantes razzia y saqueos para subsistir, incursionando incluso en aldeas cristianas, matando despiadadamente e incluso quemando vivos a campesinos que se resistían al saqueo de las cosechas de su recolección (pág. 39).

Entre constantes guerras en la cercanía de Civitot y Nicea, finalmente Kiliy Arslan derrota a la mayoría del ejército franco. Maalouf y Le Goff destacan que miles de francos murieron, miles fueron vendidos como esclavos y unos pocos miles, según Maalouf poco más de tres mil, lograron ser salvados por los Bizantinos. Pedro “el ermitaño” logró salvarse, puesto que desde hace algunas semanas se encontraba en Constantinopla reunido con Alejo Comneno. Kiliy Arslan “acaba de aniquilar a ese ejército franco que se decía era tan temible, y las pérdidas de sus tropas son insignificantes” (pág. 49).

En el año 1097, Kiliy Arslan es alertado de una nueva oleada de frany, que ha vuelto a cruzar el Bósforo, pero esta vez en un contingente mucho mayor al de 1096. La ciudad de Nicea es asediada por francos y bizantinos, haciendo que Kiliy Arslan se interne aún más en el Oriente Medio. Uno de los primeros enfrentamientos que se llevan a cabo luego del asedio de Nicea, es la batalla de Dorilea en julio de 1097 donde los turcos Selyúcidas bajo el mando de Kiliy Arslan son derrotados por los Cruzados comandados por Godofredo de Bouillón, Bohemundio de Tarento y Ademar de la Puy, lo que conllevó a que gran parte de Anatolia quedara bajo el dominio Bizantino. (Le Goff, 2010, pág. 128). Hindley sostiene que la pérdida de Nicea, Civitot, Dorilea, y por consiguiente la pérdida de Anatolia, repercute por la desunión de los distintos califatos, puesto que en aquella decisiva fecha, Kiliy Arslan se encontraba ausente, guerreando contra otros musulmanes (Hindley, 2010, pág. 78). Como ya expusimos en un punto anterior, el Yihad para ser proclamado como tal, necesita de la colectividad musulmana para llevarse a cabo, y Melo sostiene que durante la primera Cruzada esa unificación musulmana bajo el Yihad no se llevó a cabo, y que los constantes enfrentamientos entre los mismos musulmanes facilitó de gran medida que los Cruzados pudieran avanzar con tanta facilidad (Melo, 2003; 2007).

Tal como sucedió en los sitios de Nicea, Civitot, Dorilea y dominio en Anatolia, se libraron grandes batallas que permitieron a los Occidentales, entendiéndolos como Francos, Germanos, Bizantinos, etc., pudieran retomar grandes enclaves y puntos estratégicos entre Occidente y Oriente. Uno de estos puntos importantes fue Antioquía, que se encontraba “inmersa en enfrentamientos con Damasco, Jerusalén, Alepo y Mosul. Con todo, el éxito cristiano no estaba garantizado” (Hindley, 2010, pág. 78). Antioquía destacaba por ser cosmopolita, contaba con una considerable población de cristianos y musulmanes, además de no haber tenido más de 10 años bajo dominio Turco durante la primera Cruzada. La ciudad de Antioquía, ubicada actualmente en Turquía, contaba con imponentes murallas que de cierto modo aseguraban a sus habitantes. Esta ciudad era uno de los objetivos primordiales de los Cruzados, y  Yaghi Siyan, señor de Antioquía, sabía que las intenciones de Bohemundo de Tarento, no eran precisamente sitiar la ciudad y seguir a Jerusalén. Según Maalouf, Yaghi Siyan “temió un movimiento de sedición por parte de los cristianos de la ciudad, por tanto, decidió expulsarlos” (Maalouf, 2009, pág. 83). Luego de un largo asedio, y con apoyo anónimo al interior de los muros, la noche del 2 al 3 de junio de 1098, Antioquía cae finalmente bajo el control de los Cruzados. Hindley propone que las tropas que resultaron victoriosas, como era habitual tras los asedios, “entraron sin control, matando a todo el que se les ponía por delante. Cientos de cristianos se levantaron para ayudar a los Cruzados pero, en medio de la confusión de la noche, muchos de ellos murieron igual que los musulmanes” (Hindley, 2010, pág. 83).

Luego de la caída de Antioquía, los Cruzados avanzaron sin problemas por Acre y llegan a Arsuf, ciudad puerto ubicada en la actual Israel a unos 80 kilómetros de Jerusalén, donde se produjo un importante desembarco de contingente Cruzado, realizando así la marcha a la ciudad Santa. Finalmente el año 1099 los Cruzados alcanzan su objetivo y toman posesión de Tierra Santa, para ellos, el lugar más importante de la Cristiandad Occidenteal, ya que es el lugar donde Cristo se sacrificó por el destino y perdón de los hombres. Para los musulmanes, Jerusalén es la tercera ciudad más importante en su concepción religiosa, luego de La Meca y Medina, y se le atribuye la importancia de ser el lugar donde Alá guio a Mahoma a su encuentro con Moisés y Jesús (Maalouf, 2009, pág. 188). Luego del asedio de Jerusalén se realizó una matanza que duró cerca de dos días, para luego ir al Santo Sepulcro a agradecer a Dios (Hindley, 2010, pág. 93). Godofredo de Bouillón fue nombrado como encargado de liderar el nuevo reino de Jerusalén, no como rey, sino como Protector del Santo Sepulcro. Aun así el puerto de Ascalón se negó a ser súbdito del reino instaurado por los Cruzados, debido a que como cláusula de su rendición, Godofredo de Bouillón debía ir solo a aceptar la capitulación. Esto contribuyó a que durante los próximos cincuenta años el puerto fuera utilizado por egipcios contra los nuevos estados intrusos (Hindley, 2010, pág. 94). El Papa Urbano II, gestor de la Primera Cruzada, nunca pudo conocer los resultados de esta empresa de liberación de los lugares santos de la cristiandad, puesto que murió algunas semanas antes de la toma de Jerusalén, y el recibir noticias era algo que demoraba un tiempo considerable, sobre todo considerándose la distancia existente entre Roma y Jerusalén.

Bibliografía

Hindley, G. (2010). Las Cruzadas. Peregrinaje armado y Guerra Santa. Barcelona: Zeta.

Le Goff, J. (2010). Historia Universal Siglo XXI, Volumen 11 – La Baja Edad Media. Madrid: Siglo XXI.

Maalouf, A. (2009). Las cruzadas vistas por los árabes. Madrid: Alianza.

Melo, D. (2003). Algunas consideraciones en torno al concepto de Djihad y su aplicación en la época de las Cruzadas. Intus Legere, 66.

Melo, D. (2007). El Islam frente a las Cruzadas. La visión Oriental, desde la escisión interna hasta la reunificación de Saladino. Intus Legere, 222.

4 respuestas a Primera Cruzada

  1. gdfgdf dijo:

    q chevere

  2. yadira dijo:

    gracias x tu ayuda

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